Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores (SRE), fue uno de los invitados a la presentación de Colmena, el nuevo proyecto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para enviar robots a la superficie de la luna.
Durante su intervención, el canciller mexicano aseguró que su función desde la SRE es la de dar respaldo a proyectos científicos relevantes para nuestro país, “y en el caso del espacio le hemos atribuido un alto nivel de prioridad en la política exterior”.
Destacó, además, que es de suma importancia estar a tiempo en las grandes transformaciones tecnológicas y científicas del mundo, tal como lo es el nuevo proyecto de la UNAM.
La misión Colmena del Instituto de Ciencias Nucleares colocará cinco robots en la superficie lunar a mediados de 2022, pues tendrá su alunizaje en el mes de junio.
Estos robots van a colocarse en la nave Peregrine, de la empresa estadounidense Astrobotic, misma que se prepara para recorrer los 384 mil 400 kilómetros hasta el satélite natural de nuestro planeta.
El proyecto fue presentado en 2020 por Gustavo Medina Tanco, investigador del ICN, quien lo etiquetó como un desarrollo tecnológico pionero por lo que investigará, y por el nivel que empleará en aplicaciones espaciales, con robots de pocos centímetros de diámetro.
Además, el proyecto coloca a la UNAM a la cabeza del desarrollo de tecnología e infraestructura para el uso de satélites pequeños que servirán en diversos campos del estudio del espacio.
Lo anterior, debido a que buena parte de la tecnología se basa en tierras raras y metales preciosos que comenzarán a escasear en la Tierra en las próximas décadas.
Es decir, será un momento idóneo para explotar dichos elementos en otra clase de superficies como los asteroides. “Por ejemplo, en uno (asteroide) que mide un kilómetro de diámetro puede haber hasta un trillón de dólares en platino y otros elementos”, explicó.
Para esta misión, describió, los robots obedecerán a reglas preprogramadas, y navegarán aleatoriamente sobre la superficie de la luna, con el objetivo de generar un sistema de referencia entre ellos mismos.
Por otra parte, registrarán mediciones del ambiente más cercano de la superficie lunar, el cual se caracteriza por una atmósfera polvorienta con gas ionizado complejo que nunca se ha estudiado.
Estos pequeños robots tienen un peso conjunto de apenas 340 gramos, miden aproximadamente ocho centímetros de diámetro y cuatro de altura; viajarán a menos de dos centímetros de la superficie lugar.
Dentro de sus corazas, cuentan con computadoras, sensores de corriente, de voltaje, de proximidad, de temperatura, de direccionalidad y de potencial electromagnético. También llevan consigo sistemas de telecomunicaciones y motores independientes para movilidad, entre otros componentes.
Toda esta infraestructura les permitirá resistir temperaturas que oscilarán entre menos 120 grados centígrados y 120 grados centígrados antes de alunizar.
Se espera que la misión dure 13 días terrestres; después de dicho plazo, los robots morirán, y únicamente se quedarán con la información que hayan recogido para la UNAM.
Además de la Secretaría de Relaciones Exteriores, en el proyecto Colmena también están vinculados el Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX) del ICN, con apoyo de la Agencia Espacial Mexicana (AEM) y el Conacyt, del gobierno del estado de Hidalgo.
Además, el diseño, la construcción y validación son abiertamente realizados en colaboración con los alumnos de diversas carreras de la Máxima Casa de Estudios.