SAN FERNANDO, TAM.- Sin registro y desactivado en Tamaulipas, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) no tiene nada significativo que aportar en las urnas en la próxima elección local, porque su militancia es un espejismo, precisamente por falta de seguidores fue que perdió el espacio que tenía en el escenario electoral.
En San Fernando sus seguidores se cuentan con los dedos de mano, quienes más contribuyeron a su fortaleza durante tres décadas ya se encuentran engrosando otras alternativas políticas, principalmente, la migración fluyó hacia el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Aquí recuerdan a líderes de la talla de Ruperto Dávila Rodríguez, Laurencio García García y Don Francisco Galván Loperena, los tres ellos ya fallecidos, que supieron darle rumbo a ese partido, que llegó a convertirse en una de las opciones preferidas para la sociedad nacional.
Otros líderes que aún sobreviven como Sigifredo Galván García, René Reyes Cantú, Pascual Lara Velázquez, Arnulfo López Cruz, Tereso Hernández Cardona, por mencionar a varios de los más destacados, ya se encuentran en otras siglas de la izquierda, luego de ver que el PRD agotó su tiempo de vida útil.
En la alianza que ha formado con el PAN y el PRI para la elección del próximo Gobernador de Tamaulipas el PRD va “de relleno”, porque lo que menos aportará el 5 de junio siguiente, será votos, de tal manera que su función consistirá en rebatir los resultados en las urnas o levantar el brazo del ganador, según sea el caso.
Pero no pasa por alto para nadie que de partido político brincó a comparsa; en la elección del 2018 para la Presidencia Municipal en San Fernando fue en alianza con el PAN así como en otros municipios, pero en el 2021 sus servicios ya no fueron necesarios luego que la dirigencia estatal del partido blanquiazul, dijo que más que darle a ganar en las urnas, le había costado ceder posiciones.
Esta vez de nueva cuenta va aliado con el PAN en la elección para gobernador, aunque en la elección del año anterior fue desairado porque más que darle a ganar, le restaba; ahora va otra vez como parte de una servidumbre inútil, que no será más que un parapeto por si hay que gritar, tirar piedras o incendiar, si los resultados electorales resultan adversos.